PRÓLOGO

Podernos desplazar de manera segura, sostenible y saludable por nuestro entorno ha de ser una realidad presente en el día a día de todos quienes nos movemos en los diferentes entornos. Desde la Dirección General de Tráfico, como organismo implicado en mejorar la seguridad vial, se considera que la prevención es la mejor medida para evitar los accidentes de tráfico y sus consecuencias. Para ello es necesario el uso de distintas herramientas entre las que se encuentra implicada la educación vial como una educación en valores y presente a lo largo de la vida, en todo el proceso evolutivo del sujeto con sus necesidades viales, realidades y características concretas en base a las distintas circunstancias. Las personas con discapacidad, como usuarios de pleno derecho, no han de estar ajenos a este tipo de propuestas que sirvan para mejorar su movilidad, independencia y acceso a la comunidad de una manera lo más normalizada posible, incidiendo del mismo modo en la consideración, concienciación y sensibilización por parte del resto de usuarios con el fin de poner en marcha las ayudas y medidas necesarias. Las personas con discapacidad han de ser adecuadamente atendidas en todo momento, y por cualquier persona cuando se encuentren en una situación de dificultad para ellos, teniendo en cuenta sus características específicas y sus necesidades especiales. El objetivo principal del recurso didáctico que se presenta basado en diferentes historias y actividades, pretende dar a conocer al resto de usuarios: niños, jóvenes, profesionales y sociedad en general, la realidad vial y características de las personas con sordoceguera de tal modo que podamos dar una respuesta en caso de necesidad o situación puntual en el entorno del tráfico que redunde en la mejora de su seguridad vial y en la nuestra.

Raquel E. Navas Hernández
Asesora pedagógica. Unidad de Intervención Educativa
Dirección General de Tráfico

La movilidad es la capacidad de moverse. Forma parte de nuestra vida cotidiana y estamos tan acostumbrados a ir de un lado para otro que lo hacemos incluso sin ser conscientes de ello. Sin embargo, para una persona con sordoceguera no resulta tan sencillo. Nuestro entorno, la ciudad o el pueblo en el que vivimos no están diseñados para una persona sordociega. Algunas personas con discapacidades multisensoriales pueden ver lo suficiente como para ser capaces de moverse de manera independiente. No obstante, muchas otras necesitan que su entorno esté adaptado a sus necesidades o requieren la ayuda de otras personas, como los mediadores. A veces no es tan sencillo ayudar a alguien con sordoceguera. A veces queremos pero no sabemos cómo ayudar. Por eso, este material nos enseña a saber cómo enfrentarnos a diferentes situaciones que forman parte de nuestra vida cotidiana: qué debemos hacer si nos encontramos a una persona sordociega delante de un semáforo, en el transporte público, etc. Además, se explican las diferencias entre la sordoceguera y el síndrome de Usher, ya que a veces pueden confundirse. El objetivo de esta guía es lograr que estas personas no se sientan aisladas o tengan miedo. Cualquier persona con pérdida sensorial dual que afecte a la movilidad, la comunicación y/o al acceso a la información debería poder pedir ayuda cuando lo necesite, y nosotros también deberíamos ser capaces de ofrecerla. Esta guía es un paso adelante en la lucha por los derechos humanos en el campo de la sordoceguera.

Gillian Morbey
Presidenta. Deafblind International
Chief Executive. Sense and Sense International

Las personas nos desplazamos constantemente. Es un acto natural, intrínsecamente vinculado a la voluntad y al ejercicio de la autonomía personal. Las personas con sordoceguera también se desplazan, para ir a la escuela, al trabajo, a comprar, o sin un motivo particular. La diferencia estriba en que la persona con sordoceguera necesita que los espacios, los transportes públicos y el entorno vial sean accesibles y seguros. Siendo una discapacidad poco conocida, también queda mucho por poner en práctica en cuanto a accesibilidad física, visual y auditiva. Una parte importante, sin embargo, recae del lado de las personas, en cuanto a individuos sociales y también como profesionales del sector de la discapacidad, de la inclusión social y de la movilidad, en general. De carácter eminentemente práctico, este material expone casos de la vida real emparejados con los conocimientos básicos para afrontarlos. Situaciones cotidianas: en la parada del autobús, en un semáforo, etc., encuentran solución en estas páginas. Las propuestas buscan ayudar en la reducción de riesgos físicos y de situaciones de incertidumbre comunes ante la presencia de una persona con privación visual y auditiva que se desplace sin acompañante. Este material también quiere contribuir a una mejor comprensión entre los profesionales del transporte de los problemas de movilidad de la persona con sordoceguera y sobre cómo su intervención pueden impactar en su autonomía. Deseamos que estas orientaciones sean de utilidad para el lector y que a su vez promueva la normalización de la autonomía de las personas con sordoceguera como lo que son, ciudadanos de pleno derecho.

Ricard López
Presidente. Federación Española de Sordoceguera FESOCE
European Deafblind Network EDbN