La nueva estrategia de seguridad vial se proyecta en el horizonte 2020, en línea con las orientaciones políticas sobre seguridad vial 2011-2020 de la Comisión Europea y con la contribución al objetivo de reducción del 50% del número de fallecidos y heridos graves.
La estrategia se estructura en una visión fundamental en la consecución de un sistema seguro de movilidad, en el que todos, ciudadanos y agentes implicados, tienen su responsabilidad, y unos objetivos que persiguen la reducción del coste humano y socioeconómico de los accidentes de tráfico.