El estrés es un problema grave y cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Son muchas las circunstancias vitales que pueden llevarte a sufrir estrés, entre las que se encuentra la propia conducción de vehículos. Las consecuencias de este síndrome incluyen graves enfermedades crónicas y una mayor probabilidad de accidente de tráfico.
La relación que existe entre el estrés y la conducción de vehículos es doble:
- Por un lado, el estrés que sufres por tus circunstancias vitales va a influir en tu forma de conducir, repercutiendo directamente sobre las tasas de accidentalidad.
- Además, el propio sistema de tráfico contiene muchos elementos que son una fuente de estrés por sí mismos, como por ejemplo, los atascos de camino al trabajo.
En consecuencia, el estrés va a ser algo relativamente frecuente en nuestras ciudades y carreteras. Esto es preocupante, porque el estrés altera las capacidades necesarias para una conducción segura (especialmente tu comportamiento en el tráfico) y aumenta peligrosamente el riesgo de sufrir un accidente.