Desarrollo
El rápido crecimiento de la Jefatura Central, más conocida como DGT, el volumen de trabajo y la documentación que gestionaba ha quedado reflejado no solo en los cambios de sede, sino también en la estructura orgánica y funcional de la propia Jefatura que se ha ido adaptando a los cambios acaecidos en la Administración Pública Española y a la evolución de la propia movilidad.
La primera estructura adoptada en 1960, formada por el Director, un Secretario General, seis jefes de sección y dieciséis negociados quedó pronto pequeña y fue modificándose a lo largo de la historia hacia cuestiones más técnicas y especializadas, pero sin renunciar a la actividad burocrática de sus inicios. Desde los orígenes se ha trabajado directamente sobre la vía, el vehículo y el hombre, principales factores que intervienen en la circulación y actualmente se continúa trabajando pero en las interacciones que se establecen entre los tres elementos, que darán lugar a la conducción conectada, DGT 3.0, y en un futuro a la conducción autónoma.
Pero la Jefatura Central de Tráfico no sería nada sin las 52 jefaturas provinciales y las 16 oficinas locales de tráfico, repartidas por todo el territorio, ejecutoras de las directrices y competencias de esta Jefatura Central y más cercana a las necesidades de los ciudadanos.
Y con toda la estructura creada desde los orígenes nos pusimos a trabajar en la formación de los futuros conductores y en la educación vial, pilar básico de una sociedad moderna, que no puede aceptar que los accidentes de tráfico sean un mal “menor” asociado al desarrollo del automóvil.
Las campañas divulgativas de tráfico han sido y son todo un referente en la historia de nuestro país y una forma de llegar a los ciudadanos. Los mensajes que aparecían en los carteles de principios de los 60, dieron paso a poder escucharse en la radio, leer en prensa y posteriormente ver en la televisión o cine. Hoy, también nuestros mensajes se ven y se escuchan en las redes sociales.
Ligado a la formación y a la educación vial, también desde los inicios la vigilancia y la sanción han estado y están muy presentes en el Organismo. La capacidad sancionadora en materia de Tráfico se le atribuía a la Guardia Civil, concretamente a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que sustituyó al Cuerpo de Policía Armada y de Tráfico que venía haciéndolo desde la finalización de la Guerra Civil. Desde 1959 es la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil los que llevan a cabo las funciones de vigilancia, auxilio y asistencia a los conductores.