3 de cada 4 conductores admiten distraerse al volante. Ya sea contestando un mensaje, alcanzando el bolso de la parte de atrás, o poniendo una dirección en el GPS.
Una mínima distracción puede desencadenar un siniestro con víctimas mortales. Una realidad irreparable que podría haberse evitado.
Diversos estudios confirman que el uso del móvil al volante duplica la probabilidad de conducir de forma agresiva —por ejemplo, sin respetar la distancia de seguridad—, así como de sufrir una salida de vía, una colisión con otro vehículo o un atropello a un peatón.