Te apetece comer tailandés, y lo quieres ya. Has visto esa camisa que tanto te gusta, y la compras desde el sofá… En un mundo donde la comodidad y la inmediatez están tan presentes, resulta extraño que la gente salga de casa para hacer trámites que podrían hacer sin moverse de su hogar.
Acudir presencialmente a las oficinas de la DGT supone para los ciudadanos un coste en tiempo y desplazamientos, y además genera una demanda de citas previas que, de liberarse, podrían destinarse a los colectivos que realmente necesitan cita presencial.