El siniestro más grave en el transporte de mercancías peligrosas por carretera ocurrido en España se produjo en 1978, 243 personas murieron y se produjeron más de 300 heridos graves: Un camión cisterna cargado con propileno licuado explotó a su paso por el camping de los Alfaques, Tarragona. El mes de julio pasado se cumplieron 45 años de este dramático accidente y, afortunadamente, el transporte de mercancías peligrosas por carretera está ahora sometido a limitaciones para evitar tragedias como esta.
Circunscribir los viajes de este tipo de cargas a carreteras de alta capacidad y alejarlos de las zonas urbanas o medioambientalmente protegidas; reducir los horarios; obligar a la identificación clara de los continentes y de los vehículos; o exigir una especial cualificación a los conductores que lo realizan, son algunas de estas restricciones.
Pero, ¿a qué tipo de sustancias nos estamos refiriendo? Son mercancías peligrosas las que, en caso de accidente durante su transporte, por carretera o ferrocarril, pueden suponer riesgos para la población, los bienes y el medio ambiente (ver recuadro adjunto). La ONU tiene registradas hasta 3.500 de ellas en el “Libro Naranja”, en el que recoge las recomendaciones para su transporte.En el caso de las carreteras españolas, el movimiento de mercancías peligrosas debe hacerse según las condiciones establecidas en el Real Decreto 97/2014 del Ministerio de la Presidencia y siguiendo el Acuerdo Europeo sobre Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera (ADR). Este documento es admitido internacionalmente.