Han nacido con internet, han crecido con móviles inteligentes e inician su adultez heredando la pesada mochila del cambio climático. Quizás esos sean los principales rasgos que comparte como grupo la generación Z, una etiqueta elegida para denominar a la cohorte poblacional que abarca, aproximadamente, a los nacidos entre 1996 y 2009. Jóvenes que hoy tienen entre 15 y 28 años. Sucesores de los milennial y antecesores de los Alfa, representan un cuarto de la población mundial, aunque, en países envejecidos como España, no lleguen al 15%.
La generación Z aglutina realidades geográficas y socioeconómicas muy diferentes, incluso dentro de un mismo país. Pero, ¿podemos hablar de características distintivas o novedosas en su forma de moverse? Si nos ceñimos a la última “Encuesta de Características Esenciales de la Población y Viviendas” realizada por el Instituto Nacional de Estadística en 2021 (actualizada en 2023), en lo referente al principal medio de transporte utilizado en el desplazamiento diario al lugar de trabajo/estudio, los menores de 30 años son los que menos utilizan el vehículo particular (45%, frente al 71,7% de los que están entre 30 y 49 años), siendo además los que más usan el transporte público (29%) o se desplazan andando (21,6%).
Una encuesta publicada en 2023 por la consultora McKinsey y que recogía los hábitos y preferencias de más de 4.000 personas de Francia, Alemania y Reino Unido, apuntaba a que sólo el 32% de los individuos de la generación Z apostaba por el vehículo privado como medio preferente para el futuro, por debajo del transporte público (43%) o la micromovilidad -VMPs, bicis y motos eléctricas...- (41%). Además, McKinsey destacaba que la multimodalidad está más extendida entre los más jóvenes, gracias a su mayor flexibilidad y sus habilidades digitales.