La noche del 23 de abril de 2022, la vida de una familia de Baleares de 5 miembros se vio trágicamente alterada al cruzarse en una carretera cercana a Llucmajor con un conductor que había bebido y que, en el momento del siniestro, triplicaba la tasa de alcohol permitida. El padre de la familia murió, mientras que la madre y las tres hijas de la pareja resultaron gravemente heridas. El juicio por este mortal siniestro tendrá lugar el próximo año. Estos dramáticos hechos podrían haberse evitado si el conductor en cuestión se hubiera cruzado en algún punto de su trayectoria con un control de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC), ya que el vehículo habría sido inmediatamente inmovilizado y su conductor retenido.
Evitar esos controles, avisando de su ubicación, es precisamente el objetivo de los grupos que se han creado en redes sociales como WhatsApp o Telegram, entre otras. Los primeros comenzaron a aparecer en 2012, aunque el fenómeno creció más a partir de 2014 cuando surgieron aplicaciones como Social Drive o Waze específicamente dedicadas a la seguridad vial. Su aparición entonces se percibió como beneficiosa para la seguridad vial, ya que se informaba de incidentes en las carreteras, estado de la circulación o climatología. Sin embargo, pronto comenzó a incorporarse otro tipo de información: la ubicación de los controles de tráfico y de los radares de velocidad.