Conducir con granizo
Durante las tormentas es probable que se desate una granizada. La caída de estas bolas de hielo puede ocasionar daños y afectar a la conducción de manera importante debido a diversos factores:
- Imprevisible. El granizo no está ligado a una estación concreta, sino que su aparición puede darse en cualquier época del año y, por lo tanto, sorprender a los conductores.
- Reduce la adherencia. El hielo y la conducción no se llevan bien. Conducir por una carretera llena de granizo hará que el coche pierda adherencia respecto al firme por lo que deberá controlar la velocidad y frenar con precaución, es decir, hacerlo lo más recto posible y evitar frenar en las curvas.
- Visibilidad. De manera similar a las tormentas, el granizo reduce la visibilidad del entorno. Ver y hacerse ver es fundamental para no sufrir un accidente.
- Ruido. El sonido provocado por el granizo puede llegar a ser muy intenso y ligado a la preocupación por los posibles daños en el vehículos, el conductor puede distrarse de la conducción. Lo mejor en esta situación es no preocuparse, tratar de ignorar el ruido y tener claro que, generalmente, el granizo no podrá romper la luna del coche.
Como con cualquier tormenta, lo mejor es detenerse en lugar seguro y esperar a que el granizo amaine. Mientras tanto, conduzca con precaución, sea consciente del entorno, aumente la distancia de seguridad y no se exceda con la velocidad.
Lo mejor para circular seguros, es conducir con precaución.