Niebla: visibilidad bajo mínimos

Si nos encontramos con un banco de niebla hay varias reglas que no debemos olvidar: nunca pararse en un arcén, encender las luces antiniebla, reducir mucho la velocidad y circular siguiendo las marcas longitudinales de la calzada.

01 diciembre 2021 - 09:12:00 CET

DISTANCIA: La mayoría de accidentes de tráfico con fallecidos a causa de la niebla se producen por un fallo humano que casi siempre tiene que ver con un frenazo imprevisto e inne­cesario, con parar en el arcén sin la conveniente señalización o con no respetar una mayor distancia de seguridad. Sin duda, esta últi­ma es la norma que antes debe­mos adoptar y adaptarla al mayor o menor espesor de la niebla y a la visibilidad resultante.

HUMEDAD: Cuidado por­que normalmente niebla es igual a piso húmedo, por lo que la frenada se alarga y el coche puede que no responda igual en las cur­vas. Esta humedad puede que nos obligue también a llevar lleno el depósito de agua de los limpiapa­rabrisas y a llevar las escobillas en perfecto estado de revista, puesto que los utilizaremos a menudo.

LUCES LARGAS: No mere­ce la pena ni intentarlo. Con niebla, el afán por ver mejor pue­de que nos lleve a poner las luces largas, pero será contraproducen­te, ya que la luz larga rebota en el banco de niebla y nos deslumbra­rá sin conseguir el objetivo.

La niebla también mojará el asfalto, por lo que la frenada se alargará y puede que el coche no responda igual en las curvas.

MARCAS LONGITUDI­NALES: Un buen truco para seguir la ruta a pesar de la niebla es fijarnos en las mar­cas longitudinales del suelo y no separarnos de ellas. Y que ello nos ayude a llevar el coche bien centrado en nuestro carril derecho.

NO DETERNERSE EN EL ARCÉN: Pararse en el arcén en días de niebla cerrada puede que sea una de las peores ideas por el peligro que entraña. De hecho, detenerse en el arcén no es recomendable ni siquie­ra un día de sol. Nuestra reco­mendación es que incluso si un pinchazo es la causa de nuestro intento de parada, y si hay niebla cerrada, debería seguir rodan­do despacio hasta una salida o un área de servicio. Si el coche se detiene por una avería y no hay más remedio que parar, que los ocupantes salgan del coche y se sitúen al otro lado del guarda­rraíl y señalice la detención debi­damente y a una distancia mayor de lo normal.

PILOTO TRASERO DE NIE­BLA: Se activa cuando de verdad la niebla es espesa y no deja ver nada de lo que pasa alrededor. Dicho piloto no se pone con lluvia y hay que desconectarlo en cuanto se supera la zona afectada ya que de lo contrario molestará muchísimo a otros usuarios de la vía.

Con niebla para mantener la dirección, fíjese en las marcas longitudinales. Esto le ayudará a circular con el coche centrado en el carril.

VELOCIDAD: Lógicamente la velocidad en un episodio de niebla no será la misma que si circu­lamos por una carretera con buena visibilidad y asfalto seco. Lo más recomendable es adaptar esa velo­cidad a cada circunstancia y en este caso una niebla cerrada nos obligará a reducir y mucho la velocidad de nuestro vehículo. La mejor manera de conocer si llevamos la velocidad adecuada es la de sentirnos seguros al volante y con capacidad de reac­ción ante un imprevisto. Esa será la velocidad más adecuada.

AYUDAS A LA CONDUCCIÓN

CÁMARAS Y RADARES: Los nuevos sistemas en los modelos más modernos van a ser de gran ayuda en caso de niebla. Nos referimos a cámaras y radares que dan lugar a sistemas como el de vigilancia del ángulo muerto, el sistema de reconocimiento de señales, el aviso de cambio involuntario de carril o la ayuda al mantenimiento en el carril. Todos de gran ayuda en caso de un epi­sodio de niebla espesa.

NAVEGADOR: Un buen navegador que se pueda ver reflejado en el parabrisas mediante un sistema de “Head-up Display” para proyectar la información en el parabri­sas, ayuda a no retirar la vista de la carretera y nos va a ir informando constantemente de la trayectoria de la carretera y de si nos vamos a encontrar una curva más cerrada de lo nor­mal más adelante.

NEUMÁTICOS RUN FLAT: Son una solución a los problemas de los conduc­tores que circulan habitualmente por zonas con niebla. Y es que las prestaciones de es­tos neumáticos permiten circular bastantes kilómetros hasta un taller cercano aunque hayamos pinchado. Este evitará tener que parar en el arcén a cambiar una rueda con el peligro que esto implica, sobre todo en días de niebla.

SENSORES DE LLUVIA Y LUCES: Ideal para los olvidadizos que a veces circulan sin luces aunque ya se haya puesto el sol. Para ellos, y en caso de niebla, los sen­sores de lluvia y luces son ideales porque les van a permitir circular más concentrados en la conducción y, a su vez, de forma más segu­ra porque el coche siempre podrá ser visto.

SISTEMA DE VISIÓN NOCTURNA: Reservado para modelos de gama alta, los sistemas de visión nocturna permiten detectar peatones, animales, ciclistas u otros vehículos entre la niebla. Además, el sistema señala en la pantalla el posible peligro avi­sando para estar prevenidos.

La tecnología lumínica ha avanzado una barbaridad y hoy en día incluso un coche de gama media puede contar con los faros más sofisticados de LED con 84 diodos de LED por faro. Esta iluminación matricial y adaptativa permite tener la mejor iluminación en cada momento. Claro que si nos vamos al tope de gama, reservado de momento para equipamientos de modelos premium, podemos encontrar la tecnología de iluminación predictiva que se basa en mapas y en la localización real del vehículo para anticiparse e iluminar una curva, incluso antes de llegar a ella. Estas luces inteligentes nos pueden ayudar también en días de niebla ya que no van a dejar ni un solo resquicio de carretera sin iluminar.

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