Consejos en la alimentación del conductor

Fecha actualización: 10 febrero 2022

Las comidas copiosas y sobre todo el alcohol son dos de los peores enemigos a la hora de realizar un viaje en coche ya que aumentan la fatiga y el sueño al volante. Recuerda que para disfrutar de un viaje sin consecuencias perjudiciales para nuestra salud, debemos seguir una línea de actuación mesurada, y tener en cuenta que no por abundante, es mejor nuestra alimentación.

Una inadecuada alimentación:

  • Favorece la somnolencia.
  • Produce fatiga y disminución de los reflejos.
  • Ocasiona molestias digestivas: ardores, pesadez, flatulencia, náuseas y posibles vómitos.
  • Induce la aparición de otros síntomas como mareos, sudoración o dolor de cabeza entre otros.

El alcohol, la fatiga y el sueño son factores de riesgo muy importantes en la conducción que se revelan como la causa de una gran parte de los accidentes de tráfico. Una buena alimentación puede ayudar a evitarlos.

Comer en la carretera

Cuando se viaja no podemos comer lo que habituamos en casa y debemos hacerlo en servicios de restauración que encontramos en carretera (bares, self services, restaurantes…).

Ten en cuenta que la conducción es una actividad ligera por lo que no es necesario un aporte de energía suplementario a la hora de ponerse al volante.

  • Durante el viaje disminuye la capacidad de atención, por lo que se debe parar cada 200 kilómetros o cada 2 horas, bajando del coche a estirar las piernas y comer algo de fruta, galletas, chocolate, etc, además de reponer líquidos.
  • Toma una comida ligera, o no comas antes y durante los viajes cortos.
  • Es importante no reprimir la sensación de hambre, es peligroso hacerlo porque el conductor se siente cansado, se pone nervioso, la atención y la velocidad de reacción disminuyen y el peligro de accidente aumenta de manera considerable.
  • Evita la ingesta de medicamentos con efectos directos sobre la visión o la coordinación.

Consejos a la hora de comer y beber en viaje

Come y bebe despacio, masticando y ensalivando bien los alimentos y asegurándote de que los trozos que introduces en la boca sean pequeños (del tamaño de un dado como máximo); cómodamente sentado y relajado, procurando no hablar nunca de cuestiones que le estresen antes de proseguir el viaje.

A la hora de comer

Ten en cuenta que es mejor realizar comidas ligeras y frecuentes a lo largo del día, que espaciadas y abundantes. Esto le ayudará a mantener la atención y a reaccionar con rapidez. La alimentación del conductor debe ser variada, de modo que contenga todos los nutrientes necesarios para el organismo.

  • Se debe aportar la energía precisa, como hemos indicado: ni más ni menos que La que requeriremos para la conducción.
  • Es importante mantener una dieta ligera con hidratos de carbono, proteínas y minerales suficientes. Debe estar exenta de grasas.
  • En general, prefiera alimentos jugosos que apenas precisan grasa ni cocción prolongada.

Vigila la hidratación

  • Abstente de beber alcohol, aumenta la somnolencia, favorece la deshidratación y es un factor de riesgo muy importante en la conducción.
  • Bebe aunque no tenga sed: La deshidratación produce fatiga muscular.
  • En viajes largos, bebe con frecuencia pequeñas cantidades para mantener estable su ingestión de líquidos.
  • Consume al menos los vasos de líquido recomendados al día (2 litros al día)
  • Toma bastante agua, batidos, refrescos no gasificados o zumos de frutas y verduras frescas. Esto ayudará a mantenerse hidratado, a refrescarse además de seguir una dieta saludable.

¿Qué alimentos elegir?

En todos los restaurantes existen posibilidades de elegir un menú adaptado a nuestras necesidades y apetencias. En cualquiera que sea tu elección, te aconsejamos:

  • Tomar la cantidad justa de pan, 1 ó 2 rebanadas de dos dedos de grosor.
  • Toma un buen vaso de agua mientras esperas al menú.

Entrantes

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Es preferible iniciar la comida con unos entrantes ligeros a base de hortalizas, verduras o sopas a las que se les haya retirado el exceso de grasa.

En cuanto a las ensaladas, si pueden servirse sin aderezar, mejor. Así puede controlar la cantidad de aceite que le añade, que al fin y al cabo, aunque se trate de una “grasa buena” para el organismo, está cargada de calorías que hay que controlar.

Segundos

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Se puede optar tanto por la carne como por el pescado.

  • Opta por elegir una elaboración sencilla (plancha, parrilla, horno) sobre aquellas preparaciones con salsas grasientas o con harinas.
  • Solicita que se añada poca salsa si ésta acompaña al plato, o que la sirvan a aparte, para controlar la cantidad.
  • Y de acompañamiento es mejor sustituir los fritos o las féculas grasas (patatas fritas) por una guarnición vegetal (ensaladas sencillas, pimientos, champiñones...).

Recuerda evitar alimentos o platos muy grasos: fritos y rebozados con exceso de aceite, guisos y estofados grasos, salsas con exceso de grasa (nata, mantequilla, quesos fuertes…).


Carnes:

Es recomendable elegir las que son menos grasas (las aves como pavo o pollo), frente a las carnes rojas (ternera, cordero, cerdo o embutidos).


Pescados:

Nos decantaremos preferiblemente por los blancos (brótola, merluza, rape, bacalao, lubina, besugo, lenguado, rodaballo o gallo )frente a los azules (caballa, sardina, lecha, trucha, boquerón, palometa, chicharro, atún, bonito del norte, anguila, pez espada..) por su menor contenido en grasas. Si bien en éstos últimos abundan las grasas ricas en ácidos poliinsaturados, muy beneficiosos para la salud.

No obstante, el pescado es un alimento fácilmente digerible, con un contenido relativamente bajo en calorías por lo que, con una ración moderada o pequeña podremos continuar el viaje sin preocuparnos.

Postres

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Se sugiere escoger un postre a base de frutas. También se puede optar por un sorbete de frutas, cócteles de frutas sin alcohol, compotas o postres de leche sencillos o por infusiones (menta-poleo, té verde, etc.).

Debes evitar la pastelería y bollería grasas (de hojaldre, masa quebrada, con rellenos de mantequilla, crema, nata, moka, etc.).

El consumo habitual de bebidas estimulantes es una práctica relativamente común durante y después de la comida. A pesar de que mantienen la mente despierta no aumentan la concentración ni la memoria ni del conductor ni de sus acompañantes. Los zumos de frutas u hortalizas, el agua o las infusiones relajantes son una opción más saludable y nutritiva.

Si puedes, sustituye el café, el descafeinado y el té por infusiones de menta, anís, salvia o de hinojo o bien añada unos granos de anís verde, hinojo o comino a una infusión de manzanilla, ya que ayudan a la digestión, y de hierbabuena, que relaja los músculos del colon (intestino grueso) lo que ayuda a aliviar la molestia del exceso de gases, el reflujo de los alimentos y la acidez de estómago.

Antes de reemprender la marcha

Está demostrado que después del almuerzo existe una disminución de la capacidad de mantener la atención. Sus efectos en la capacidad humana de cometer errores son enormes, y el rendimiento se ve perjudicado en un 10%. Las posibles consecuencias de la somnolencia en la conducción, en que la seguridad tiene una importancia crítica pueden ser catastróficas.

  • Cuando termines de comer procura relajarte al menos unos minutos. Y a continuación, da un paseo de 120 minutos.
  • El ejercicio, el aire fresco y la luz natural ayudan, por lo que un paseo corto después del almuerzo puede contribuir a dar energía.
  • También conviene aumentar ligeramente el volumen de la música de fondo en el coche, sin que moleste, claro, para evitar el sopor de después del almuerzo.

Consejos para antes de reemprender la marcha

  • Ten mucho cuidado con los alimentos que se venden en puestos callejeros y rechaza cualquier producto que no le ofrezca suficiente garantía.
  • Evita las salsas abundantes y las comidas copiosas que dificultarán su digestión, favorecerán el mareo y provocarán somnolencia.
  • Evita los alimentos muy salados, muy condimentados y ricos en grasas animales.
  • Hay que recordar que el abuso de los condimentos como especias o picantes irritan el estómago y aumentan la acidez.
  • Evita tomar leche caliente: favorece la somnolencia.
  • En general hay que evitar cualquier líquido excesivamente caliente (caldo, sopa, etc) además de la somnolencia también favorece la acidez de estómago.
  • Evita los alimentos que producen flatulencia cuando esté de viaje: Los alimentos que inducen flatulencia hacen que el diafragma se desplace hacia arriba, comprimiendo la región mediastínica y originan molestias importantes. Hay alimentos que la tradición indica que son flatulentos, es decir, provocan inevitablemente la formación de gases. Es el caso de los cereales (salvo el arroz), de las legumbres (especialmente los garbanzos, las alubias y las lentejas), de ciertas verduras (sobre todo brócoli, cebolla cruda, col, col rizada, coliflor, colinabo, coles de Bruselas, espárragos, ajo crudo, patatas, pepinos y rábanos).
  • Las comidas fugaces o por contrario muy copiosas, pueden producir bajadas de azúcar en sangre (hipoglucemias) o somnolencia y molestias digestivas respectivamente, perjudicando el rendimiento tanto físico como intelectual.
  • Las comidas de difícil digestión y que no favorecen el vaciamiento gástrico hacen que el aporte de sangre se concentre más en los órganos digestivos, en detrimento del cerebro.

  • Evita las bebidas gaseosas.
  • No abuses de las bebidas estimulantes como el café, té o cola.
  • El café es uno de los principales estimulantes que consumimos para comenzar el viaje despejados, combatir el sopor tras el almuerzo y ayudar rápidamente a restablecer la lucidez y la atención al volante. Los expertos fijan el consumo moderado de café de 300 miligramos al día, lo que equivale a tres tazas de café. Por tanto no deberíamos tomar más de 2 tazas durante el trayecto, pese a lo que podamos pensar, que no conseguiremos aumentar nuestra atención al volante.
  • No tomar alcohol.
  • Algunos alimentos son desencadenantes conocidos de acidez de estómago:

    • Café, Té (descafeinado y regular) y bebidas con cafeína y/o bebidas gaseosas
    • Bebidas alcohólicas
    • Especias, pimienta
    • Cebollas, tomates y jugo o salsa de tomate y frutas cítricas (naranjas y toronjas)
    • Alimentos fritos o grasosos
    • Chocolate

La causa de esta acidez es la presencia de las secreciones del estómago muy ácidas (ácido clorhídrico) hacia otras partes del sistema digestivo, como el esófago, que no están preparadas para soportar este nivel de acidez, por ello da una sensación de quemazón o irritación. Este dolor aumenta con la flexión, inclinando el cuerpo hacia delante mientras vamos sentados en el coche.

Documentación relacionada

  • Comer bien y conducir mejor ( pdf   1,76 MB )