Durante el año pasado, marcado por la pandemia de COVID-19, perdieron la vida en accidentes de tráfico 1.370 personas (6.681 tuvieron que ser hospitalizadas como consecuencia de un accidente), según el balance de la Dirección General de Tráfico. Es la menor cifra desde que se tienen registros e incluye las personas fallecidas en vías interurbanas y urbanas durante los 30 días posteriores a la ocurrencia del accidente.
El descenso en las cifras de fallecidos se produjo en un contexto de reducción de los desplazamientos de largo recorrido, que se cifró en un 25%, causado por las restricciones de movilidad impuestas a causa de la pandemia de COVID-19, mientras que el parque automovilístico se situó en 36.158.465 vehículos, un 1% más que en 2019.
La tasa de mortalidad se situó en 29 personas fallecidas por millón de habitantes, una de las más bajas de la Unión Europea en 2020, solo por detrás de Suecia (18), Malta (21) y Dinamarca (27). La tasa media de los países de la Unión Europea se situó en 42. En el conjunto de la Unión Europea, la tasa de mortalidad por millón de habitantes disminuyó un 17% entre 2019 y 2020, mientras que en España dicha reducción fue de un 22%.
La Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 fijaba el valor de 37 como tasa de mortalidad máxima en 2020, valor que ya fue alcanzado en 2019.