Esta lista de consejos comienza por los más importantes e imprescindibles sin los cuales nada de lo que hagamos va a funcionar con la misma eficacia. Es esencial la puesta a punto realizada en el taller una vez al año, sobre todo a los modelos de mayor antigüedad.
Otra acción clave a la hora de reducir el consumo es la de llevar la presión adecuada en los neumáticos. Según el RACE, “conducir usando neumáticos con una presión de 0,5 bares inferior a la recomendada por el fabricante hace que el consumo aumente en un 2% en áreas urbanas y un 4 % en las interurbanas”. Además habría que tener en cuenta que en los viajes, cuando se viaja muy cargado, hay que aumentar dicha presión con la referencia del fabricante indicada en la tapa de la gasolina o en el marco de la puerta. De no hacerlo, además de subir el consumo, se incrementará el desgaste del neumático obligando a adelantar su sustitución. Y ya que hablamos de neumáticos, existe un tipo de gomas disponibles en casi todas las marcas con muy baja resistencia a la rodadura, ideales para ayudar a reducir el consumo (hasta un 3%) y con precios muy similares a los neumáticos normales.