Los titulares de los medios de comunicación nos han mostrado en los primeros meses de este año a los tractores agrícolas en medio de una oleada de reivindicaciones económicas y sociales. De no ser por esta coyuntura, estos vehículos apenas aparecen en breves que trufan la información local hablando de siniestros fatales en los que se ha visto implicado uno de ellos, habitualmente un tractor, y en la mayoría de casos debido al vuelco del mismo.
El informe de Mapfre “Siniestralidad, mortalidad agrícola, vuelcos de tractores e incendios en cosechadoras. 2010-2019” señala que en esa década se produjeron 880 fallecidos en accidentes en los que estaba implicado algún vehículo agrícola. La gran mayoría de ellos en siniestros en fincas privadas mientras realizaban las labores agrícolas para las que están pensados tractores y resto de maquinaria de este tipo.
Centrándonos en la siniestralidad de estos vehículos, los datos del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT señalan que entre 2016 y 2022 la cifra de fallecidos por siniestros viales en los que estaban implicados se sitúa entre el mínimo de 14 muertes en 2017 y el máximo de 20, en 2018. En 2022 fueron 18 los fallecidos.
La lesividad sí ha sido capaz de reducirse prácticamente a la mitad, de los 124 heridos (el 75% no hospitalizados) en 2016 a los 63 de 2022, de los que el 79% no requirieron hospitalización.